PONGA SU ESPÍRITU A TRABAJAR HOY
Y
de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué
hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo
intercede por nosotros con gemidos indecibles.– Romanos
8:26
Mientras
viva en esta tierra, va a tener que cargar con una debilidad. ¿Cuál
es? El cuerpo de carne y sangre en que vive. Es un cuerpo que está
sujeto a la muerte y al mundo físico.
Su
espíritu nacido de nuevo no quiere pecar. Quiere ser completamente
obediente a Dios. Pero la debilidad de la carne hace que caiga preso
de las tentaciones que lo rodean. ¿Significa eso que está condenado
a una vida de fracaso hasta que Jesús venga y ese cuerpo de carne
sea glorificado?
¡No!
Significa que usted necesita edificar su espíritu, fortalecerlo,
hasta que domine la carne. Se nos dice que crucifiquemos la carne. Su
hombre espiritual debe dominar su cuerpo. Orar en el espíritu por el
Espíritu Santo pone espíritu sobre la carne. Hace que su espíritu
se levante y esté a cargo. Así como usar pesas fortalece sus
brazos, orar en otras lenguas fortalece su espíritu. Su espíritu es
más poderoso que su carne, y mientras usted le dé una salida, la
carne sencillamente tendrá que someterse a él. La mayoría de los
creyentes no comprenden eso. Cuando están oprimidos por algún
pecado, y en vez de conquistarlo por medio de las cosas de Dios tales
como orar en el Espíritu, simplemente continúan luchando para
vencer de manera natural. Por eso acaban fallando una y otra vez.
Si
está atrapado en ese ciclo, ¡anímese! Dios no le ha ordenado ser
más espiritual de lo que puede ser. Él conoce su debilidad y le ha
dado una manera de vencerla. Le ha dado la capacidad para orar en
lenguas y con su entendimiento para manejar la espada del Espíritu
que es la Palabra de Dios. Y a pesar de lo mal que esté fracasando
en todo lo demás, usted podrá hacer estas cosas.
Sin
embargo, tenga la seguridad de que Satanás tratará de persuadirle
de lo contrario. El diablo sabe que una vez que usted aprenda a
someter la carne, él no tendrá lugar en su vida. Usted le cerrará
la puerta y él no podrá entrar.
Renueve
hoy su decisión de orar en el Espíritu. Tome la decisión firme de
seguir el mandato que Dios da en Judas 20: “edificándoos sobre
vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo”.

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