LA
PROMESA DE LA PRESENCIA, Por Pastor Otoniel Font
Cuando
Cristo pronuncia las palabras de la gran comisión, esas sesenta y
una palabras están escritas en un lenguaje de pacto, en un lenguaje
de compromiso. La gran comisión no es una instrucción legalista, o
meramente un mandato, sino que es un pacto lo que Dios hizo.
Podemos
darle una instrucción a nuestros hijos, donde la única recompensa
sería no ser castigados, no pasar por ciertas consecuencias. Pero
también podríamos decirles que, si hacen ciertas cosas, si cumplen
con esas cosas, nos comprometemos en hacer otras. Eso era lo que
estaba haciendo Dios, a través de la gran comisión.
Tampoco
es un regalo, porque no viene sin que tú hagas algo.
Bajo
la ley, cada ley tenía unas consecuencias de no cumplirla. Pero eso
no es lo que vemos en la gran comisión, sino un lenguaje de pacto,
de compromiso. Y el compromiso de Jesús para todos aquellos que
cumplan con estas sesenta y una palabras es que su presencia iría
con ellos todos los días, hasta el fin del mundo.
Jesús
dijo que toda potestad le fue dada, con el propósito de abrir
nuestras conciencias para entender que él tiene toda autoridad, y
nos la ha delegado, y ahora nos corresponde a nosotros ir y hacer
discípulos, bautizándolos, y llevándolos a entender que tienen que
renunciar públicamente a la vieja vida, y enseñándoles a que
guarden lo que él enseñó. Y si haces esto, él va a estar contigo,
hasta el fin del mundo.
Lo
que pasa es que podemos pensar que la presencia de Dios la podemos
provocar en un momento dado, simplemente porque nosotros queremos que
así sea, cuando en realidad la presencia de Dios siempre fue
prometida a través de un pacto.
En
los tiempos de Moisés, la presencia de Dios era manifestada a través
de los sacrificios. En el tiempo de David, la presencia de Dios era
manifestada a través de la adoración. En el tiempo en que nosotros
vivimos, la presencia de Dios es prometida a nosotros, cuando
cumplimos con las palabras pronunciadas por Cristo en la gran
comisión.
¿Quiere
decir que no vamos a adorar? ¿O que no vamos a hacer sacrificios de
ofrendas? De ninguna manera, porque parte de la gran comisión
requiere sacrificios y requiere adoración. No se puede hacer la gran
comisión, si no hay sacrificio. No se puede hacer la gran comisión,
si no estás consagrado a Dios. No puedes hacer la gran comisión, si
no has dedicado tiempo para adorar a Dios.
Antes
de ganarte a alguien para el Señor, tienes que haber orado por esa
persona. Antes de tú aprender a hablarle a una persona de Cristo,
primero deberías tener una lista de todas las personas que necesitas
ganarte para Cristo, y todas las mañanas orar y orar.
Dios
ha prometido su presencia para los que cumplamos con estas cosas. No
es que se va a manifestar. La adoración manifiesta a Dios, pero no
se trata de una manifestación, sino de que él llegue contigo, y se
vaya contigo. Está contigo en el trabajo, está contigo en tu
empresa, en tu negocio. ¿Cómo prosperar tu negocio? Él dijo que si
lo levantas a él, si lo elevas por encima de las demás cosas, él
va a atraer la gente hacia él. Si quieres que gente llegue a tu
negocio, haz del Dios Todopoderoso el centro de tu negocio, levanta a
Cristo, la gente va a llegar a él, y por consecuencia a tu negocio.
Él
dijo que estaría contigo. No deberías estar constantemente buscando
las manifestaciones de Dios. Los que necesitan las manifestaciones
son los que no han tenido un encuentro con Dios. Tú tienes que saber
que él va a estar contigo siempre: mañana, tarde y noche.
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