jueves, 31 de mayo de 2012

DOS AL PIANO!



    En la Primavera de 1983, Margaret Patrick llegó al Centro Geriátrico de Vida Independiente del Sudeste para empezar una Terapia Física. Cuando Millie McKugh, un antiguo miembro del equipo, presentò a Margareth a la gente del Centro, advirtió la mirada de dolor en sus ojos cuando miraba el piano.
    Algún Problema? Preguntó Millie.
    No, repuso Margareth en voz baja, sòlo que ver un piano me trae recuerdos. Antes de mi hemiplejia, la música era todo para mí. Millie miró la inutilizada mano derecha de Margareth , mientras la mujer negra le contaba algunos de los momentos culminantes de su carrera musical.
    De pronto Millie dijo- Espere aquí. En seguida vuelvo. Volvió a los pocos minutos, seguido de cerca por una mujer bajita de cabellos blancos y gruesos anteojos. La mujer se ayudaba a caminar con un andador.
    Margareth Patric-dijo Millie- te presento a Ruth Eisemberg, ella también tocaba el piano, pero, al igual que usted, no ha podido tocar desde su hemiplejia. La Señora Eisenberg tiene bien su mano derecha y usted tiene bien la izquierda, y yo tengo la sensación de que las dos juntas pueden hacer algo maravilloso.
    Las dos se sentaron al piano. Dos manos sanas, una con largos dedos negros llenos de gracia, la otra con cortos y regordetes dedos blancos, se movieron rítmicamente a los largo de las teclas de marfil y ébano.
    Desde ese día, se sentaron juntas al teclado cientos de veces, la mano derecha inútil de Margaret alrededor de la espalda de Ruth; la mano izquierda paralizada de Ruth en la rodilla de Margaret, mientras su mano buena toca la melodía y la mano buena de Margaret ejecuta el acompañamiento.
    Compartiendo la banqueta del piano, Ruth oyó a Margaret decir: “ Mi Música me había sido arrebatada, pero Dios me dio a Ruth”, Y evidentemente, parte de la fe de Margaret se le ha contagiado a Ruth cuando se sientan juntas durante los últimos cinco año, porque Ruth ahora dice: “Lo que nos reunió fue un milagro de Dios”
    El milagro de Dios se realiza cuando entendemos que nos necesitamos unos a otros. Cuando dos nos unimos, algo poderoso se libera. No siga solo. Acercarte a alguien y haz que fluya el poder de la unidad.
    Entonces Abram dijo a Lot: No haya ahora altercado entre nosotros dos, entre mis pastores y los tuyos, porque somos hermanos. Genésis 13:8.
    Ven, pues, ahora, y hagamos pacto tú y yo, y sea por testimonio entre nosotros dos. Genésis 31:44.

    miércoles, 30 de mayo de 2012

    HEROES CON PIES DE BARRO!

    Dios se complace en moverse a través de gente imperfecta. Los grandes hombres y mujeres de fe que registra la Escritura no estaban exentos de los defectos e inclinaciones pecaminosas que aquejan a cualquier otro ser humano. El apóstol Santiago habla del gran profeta Elías, por ejemplo, y nos dice que "era un hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras". Sin embargo, añade, "oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses" (Santiago 5:17).

    Casi todos los reyes que registra la Escritura cometieron graves errores. Había en ellos ciertas debilidades espirituales que en ocasiones los abrieron a la tentación, y que casi los llevaron a la ruina y aun a la pérdida de su vida. Inclusive, como el rey Josafat, hicieron decisiones en su reinado que trajeron maldición y tragedia a su linaje, y que acarrearon corrupción y juicio sobre la nación de Israel.

    Como esos personajes bíblicos, tú y yo no tenemos que ser gigantes espirituales para ver la gloria de Dios en nuestra vida. No estoy diciendo que la excelencia espiritual no sea importante. Lejos esté de mí sugerir que tenemos que conformarnos con la mediocridad espiritual y excusar nuestros defectos persistentes con el reclamo barato de que “Dios conoce mis debilidades, y es misericordioso”.

    Es importante siempre ir hacia lo mejor. Tenemos que esforzarnos cada día por ser más agradables al Señor, y someternos a un continuo proceso de santificación. Es importante buscar crecer cada día más y más. Pero a veces caemos en la trampa de creer, “Tengo que ser un gran hombre o mujer, un misionero destacado, un genio espiritual, para que Dios se mueva poderosamente en mi vida”.

    A Dios le encanta moverse a través de gente común y corriente, gente con pies de barro, gente que está todavía peleando sus batallas y que está en proceso de mejoramiento. Quién de nosotros puede decir, “Yo estoy ya perfeccionado”. Si lo decimos, ya estamos cometiendo el primer pecado: ¡Estamos mintiendo!

    Espiritualmente hablando, todos estamos a medio cocer; pero Dios, en su misericordia, usa nuestra fe para romper barreras. Él se glorifica en usar vasos frágiles para desplegar su poder y misericordia. Recuerda: No tienes que ser un gigante espiritual. Podrás ser una persona con luchas y ataduras emocionales, con inconsistencias, y estar muy en proceso, pero Dios puede usar tu fe para romper las barreras. La bendición de Dios es para todo aquel que cree (Romanos 1:16), no necesariamente para todo aquel que es perfecto. ¡Siempre recuerda esto!

    HABILIDAD!






    Hace unos días estaban mi carro, haciendo diligencias del cotidiano vivir.

    Con el tranque vehicular que se ve en muchas ciudades capitales, no está de mas el estrés y el poner en práctica la habilidad al volante para así esquivar lo que podría ser un accidente. Fue eso precisamente lo que me sucedió, tuve que esquivar a otro carro que se cruzó en mi vía y fue allí donde realice la diferencia en mi reacción de hoy y mi reacción de hace diez años. Wow, aún en mi manera de manejar veo la diferencia de mi reacción y habilidad. Pero luego vino a mí la analogía de que es precisamente igual en nuestra vida espiritual. Cuando somos jóvenes espiritualmente, y estamos conociendo a Dios, aprendiendo a vivir como cristianos nuestra habilidad espiritual está aún bastante limitada o  nuestras reacciones aún son impulsivas e inmaduras. Sin embargo, a medida que crecemos aprendemos a esquivar lo que podría ser un accidente fatal, pensamos nuestras acciones, dependemos no de nuestras propias habilidades sino en las de Dios a través de nosotros, nuestros reflejos están fundamentados en lo que tenemos por dentro, en el lugar que Dios tiene en nuestro ser, porque a la final, nuestras acciones son el reflejo de nuestro interior.

    Así que, a como nuestra habilidad para manejar un carro mejora de acuerdo a los años de práctica, de esta misma manera deberíamos ver nuestra habilidad espiritual, mientras más práctica tengamos, más impacto podremos tener en los que nos rodean y en nosotros mismos. ¡Qué Dios sea glorificado con nuestro diario andar!

    Iniciativa y perseverancia hacen la diferencia. ¡No te rindas, termina la carrera y clama tu premio!
    Encomienda al Señor tu camino; confía en él, y él actuará. Salmo 37:5

    He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, me he mantenido en la fe. 2 Timoteo 4:7

    Por tanto, nosotros todos, mirando con el rostro descubierto y reflejando como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en su misma imagen, por la acción del Espíritu del Señor. 2 Corintios 3:18

    lunes, 28 de mayo de 2012

    MUCHOS LÁPICES




    Mi madre vive sola. Hace ocho años que mi padre murió. Ella no puede salir sola excepto a dar caminatas cortas. Tiene muchas dificultades con su memoria corta. Las conversaciones se limitan a unos cuantos comentarios repetidos. Sin embargo, mi madre me dijo algo profundo: «El otro día estaba pensando en mis problemas y decidí que no tengo nada de qué quejarme. Dios me está cuidando y tengo gente que me ayuda. Mi único problema es que no puedo acordarme de nada, y tengo muchos lápices y papel para escribirlo todo.

    El apóstol Pablo luchaba con lo que él llamaba «un aguijón en la carne» (2 Corintios 12:7). Pero descubrió que en su debilidad, él experimentaba «el poder de Cristo» (v.9). Dijo: «Por eso me complazco en las debilidades, en insultos, en privaciones, en persecuciones y en angustias por amor a Cristo» (v.10).

    Todos tenemos luchas. Éstas se pueden relacionar con la edad, las finanzas, las relaciones o miles de otras dificultades. Pero si de verdad disponemos nuestro corazón a confiar en Dios, y si permanecemos agradecidos incluso en medio de nuestros problemas, es más probable que reconozcamos que «no tenemos nada de qué quejarnos». –Dave Branon

    viernes, 25 de mayo de 2012

    NO TE PREOCUPES!



    A veces, cuando nada marcha de acuerdo con lo esperado, y la preocupación es quien reina.
    Cuando el quebranto de lágrimas inunda nuestros ojos, y todo parece ser inútil.
    Solo una cosa puede ahuyentar las lágrimas que queman y ciegan; alguien que suavemente te eche el brazo por encima y susurre: No te preocupes.
    Nadie ha logrado descifrar por qué esas palabras traen tanto consuelo, o por qué tal susurro hace que nuestras preocupaciones se despejen al instante.
    Sin embargo, cuando los problemas nos dan la bienvenida, podemos olvidarnos de ellos y dejarlos atrás.
    Cuando alguien suavemente te eche el brazo por encima y susurre: No te preocupes.
    El amor que procede de tan suave caricia; debe ser amor verdadero.
    Podría ser que un abrazo así, a tu corazón no traiga consuelo.
    Pero si el amor es el móvil, dulce consuelo encontrarás,
    Cuando alguien suavemente te eche el brazo por encima y susurre: ¡No te preocupes!
    ¡Este poema refleja el consuelo que solo se experimenta a través de un toque amoroso! Demuestra el amor que sientes por tus hijos en lo que dices y haces. Ese amor será devuelto a ti multiplicado.
    Muchos de los que han estado enamorados toda una vida nos dicen menos sobre el tema, que el niño que ayer perdió a su perrito.
    1 Juan 3:11, Que nos amemos unos a otros.
    Fuente: El libro devocionario de Dios para los Padres, Editorial Unilit