martes, 31 de julio de 2012

EL MAYOR CONSUELO

¿Por qué te confundes y te agitas ante los problemas de la vida?

Déjame al cuidado de tus cosas y todo te irá mejor.
Cuando te entregues a mi, todo se resolverá con tranquilidad según mis designios.
No te desesperes, no me digas una oración agitada, como si quisieras exigirme el cumplimiento de tus deseos.
Cierra los ojos del alma y dime con calma: Jesús, yo confío en ti.
Evita las preocupaciones angustiosas y los pensamientos sobre lo que puede suceder después.
No estropees mis planes queriéndome imponer tus ideas.
Déjame ser DIOS y actuar con libertad.
Entrégate confiadamente en mi.
Reposa en mi y deja en mis manos tu futuro.
Dime frecuentemente: Jesús, yo confío en ti, no seas como el paciente que le pide al médico que lo cure, pero le sugiere el modo de hacerlo.
Déjate llevar con mis brazos divinos.
No tengas miedo.
Yo te amo.
Si crees que las cosas empeoran o se complican a pesar de tu oración, sigue confiando.
Cierra los ojos del alma y confía.
Continúa diciéndome a toda hora: Jesús, yo confío en ti.
Necesito las manos libres para poder obrar.
No me ates con tus preocupaciones inútiles.
Satanás quiere eso: agitarte, quitarte la paz,
confía solo en mi.
Entrégate a mi, Yo Hago los milagros en la proporción de la entrega y confianza que tienes en mi.
Así es que no te preocupes, hecha en mi todas tus angustias y duerme tranquilo, dime siempre: Jesús, yo confío en ti y verás grandes milagros.
Te lo prometo por mi amor.
JESÚS

lunes, 30 de julio de 2012

CUATRO CLAVES PARA UNA VIDA DE MILAGROS, Por Fernando A. Jiménez.

Dios puede hacer mucho con lo poco. Solo basta que depositemos nuestra confianza en Él y tengamos la certidumbre de que es Aquél que todo lo puede.

Quedar sin empleo en una época en la que Colombia atravesaba por la más profunda recesión económica de su historia, le pareció algo muy grave, pero más grave aún el que de una paso a dos y luego a tres cuotas atrasadas en el pago de su apartamento.

Al principio se convenció de que podría resolver el problema, y Juan José se ocupó de cubrir las necesidades de alimentación para su esposa y dos hijos.

Los días del calendario fueron creciendo hasta la tarde de miércoles, cuando todavía se encontraba buscando en la sección de clasificados de ofertas de trabajo en un diario local, cuando tocaron a la puerta y el rostro del cartero evidenció lo que deseó nunca llegara: un anuncio de cobro jurídico.

Años atrás había prestado un dinero, inicialmente a interés. Aquél a quien se lo facilitó con la promesa de regresarlo seis meses después, jamás cumplió ni con el pago de los intereses ni con la devolución del dinero. Y se cansó de pelearse con él. No tenía mayores garantías de que recibiría el pago.

Por eso, cuando recibió información sobre el proceso que iniciarían en su contra, le pasó por la mente la idea de renovar el cobro. "No tiene sentido, me llenaré de nuevas preocupaciones que no tienen sentido", razonó y desistió de la idea.

Lo que sí hizo fue volver la mirada al Señor Jesucristo en procura de ayuda. Nunca antes como en ese momento, había clamado con tanta fe. Dos días antes de que se venciera el plazo de cancelar la totalidad del dinero, sonó el teléfono. La persona que le debía dinero estaba al otro lado de la línea:--Lamento haberme demorado tanto en llamarle—dijo--, pero recién ahora tengo el dinero. Deseo saber en qué momento puedo acercarme a su apartamento para cancelarle hasta el último peso...—

Juan José agradeció a Dios su infinita misericordia. Aquél era el dinero, en la cuantía exacta, para hacer un primer pago del pacto de refinanciación de la deuda que le proponían en la carta del abogado.

El mismo Señor Jesús de ayer...
Cuando vamos a las Escrituras leemos que "Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos"(Hebreos 13:8). Por esa razón estamos convencidos de que la época de los milagros no ha terminado; por el contrario, sigue vigente.

Si nos asiste este convencimiento, es apenas natural tener la certeza de que el amado Dios responderá a nuestro clamor en procura de la provisión divina. En particular hay un pasaje que leemos en el evangelio de Mateo, en el capítulo 15 desde el versículo 32 al 39, que nos arroja importantes enseñanzas para ponerlas en práctica en nuestra cotidianidad. A partir del texto aprendemos los siguientes principios:

1. El Señor Jesús se preocupa por las necesidades de Su pueblo:
Es interesante notar que después de largas jornadas escuchando las enseñanzas del Maestro, Él estaba preocupado por el bienestar de la multitud de seguidores. "Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: --Siento compasión de esta gente porque ya llevan tres días conmigo y no tienen nada que comer. No quiero despedirlos sin comer, no sea que se desmayen por el camino. "(Mateo 15:32. Nueva Versión Internacional).

¿Puede apreciar el profundo contenido de estas palabras? Son las mismas que saldrían de labios de un Padre amoroso preocupado por sus hijos. El cuidad de los más mínimos detalles. Conoce la situación difícil que enfrentamos y desea intervenir. Sin embargo es necesario que clamemos a Él en procura de ayuda.

2. El problema: la razón humana sólo mira las limitaciones:
Cuando a todo lo que ocurre alrededor, y en particular en cuanto a los problemas, le aplicamos la lógica humana, nos asaltará el desánimo y la palabra "Imposible" es probable que aflore una y otra vez a nuestros labios. Esa circunstancia se produjo entre los discípulos del Señor Jesús cuando oyeron que la misión inmediata era la alimentación de decenas de personas.

"Los discípulos objetaron: --¿Dónde podríamos conseguir en este lugar despoblado suficiente pan para dar de comer a toda esta multitud?"(Mateo 15:33. NVI).

Dios puede hacer mucho con lo poco. Solo basta que depositemos nuestra confianza en Él y tengamos la certidumbre de que es Aquél que todo lo puede.

Comprendo que puede estar experimentando una situación compleja, pero también me asiste el convencimiento de que no constituye nada imposible para nuestro amado Señor.

3. Sólo basta confiar, Dios obrará milagros:
Aunque en criterio de cualquier ser humano unos pocos panes y peces no servían en absoluto para satisfacer el hambre de decenas de hombres, mujeres y niños, cuando sometemos al Señor esa situación que nos inquieta, todo cambia.

"--¿Cuántos panes tienen? --les preguntó Jesús. --Siete, y unos pocos pescaditos. Luego mandó que la gente se sentara en el suelo. Tomando los siete panes y los pescados, dio gracias, los partió y se los fue dando a los discípulos. Éstos, a su vez, los distribuyeron a la gente."(Mateo 15:34-36. NVI).

¿Considera usted que con hechos portentosos como el descrito por el evangelista, hay algo imposible para Dios? En absoluto. Por esa razón aquello que está requiriendo, se cumplirá si va al Señor en oración. No cese de clamar.

4. Si esperamos en Dios, Él responde:
Todo cuanto necesita nuestro amado Padre es que le permitamos tomar control de los problemas y necesidades que enfrentamos. Cuando lo hacemos, dejando de lado toda sombra de duda o de autosuficiencia, Él responde. Así quedó testimoniando con el mover maravilloso que produjo Jesucristo en aquella multitud.

"Todos comieron hasta quedar satisfechos. Después los discípulos recogieron siete cestas llenas de pedazos que sobraron. Los que comieron eran cuatro mil hombres, sin contar a las mujeres y a los niños."(Mateo 15:37-39).

¿Usted piensa seguir experimentando la misma crisis que hasta ahora?¿Por qué no decide someter esa situación en manos del Señor? Hoy es el día para hacerlo. Ore, confíe y espere en Dios. ¡La respuesta vendrá! Y reciba a Jesús como su Salvador.

viernes, 27 de julio de 2012

PROPOSITOS DE DIOS






Había una vez un campesino chino, pobre pero sabio, que trabajaba la tierra duramente con su hijo.

Un día el hijo le dijo: Padre, que desgracia! Se nos ha ido el caballo. ¿Por que le llamas desgracia? respondió el padre, veremos lo que trae el tiempo...

A los pocos días el caballo regreso, acompañado de otro caballo. ¡Padre, que suerte! exclamo esta vez el muchacho. Nuestro caballo ha traído otro caballo. -¿Por que le llamas suerte? – repuso el padre – Veamos que nos trae el tiempo.

En unos cuantos días mas, el muchacho quiso montar el caballo nuevo, y este, no acostumbrado al jinete, se encabrito y lo arrojo al suelo. El muchacho se quebró una pierna. -Padre, que desgracia! – exclamo ahora el muchacho -. Me he quebrado la pierna! Y el padre, retomando su experiencia y sabiduría, sentencio: -Por que le llamas desgracia? Veamos lo que trae el tiempo!

El muchacho no se convencía de la filosofía del padre, sino que gimoteaba en su cama.
Pocos días después pasaron por la aldea los enviados del rey, buscando jóvenes para llevárselos a la guerra. Vinieron a la casa del anciano, pero como vieron al joven con su pierna entablillada, lo dejaron y siguieron de largo. El joven comprendió entonces que nunca hay que dar ni la desgracia ni la fortuna como absolutas, sino que siempre hay que darle tiempo al tiempo, para ver si algo es malo o bueno.

Lo mejor es esperar, pero sobre todo confiar en DIOS, porque todo sucede con un propósito positivo para nuestras vidas de acuerdo a su plan infinito….. Gloria a Dios!!!

jueves, 26 de julio de 2012

NUESTRA VICTORIA ESTÁ ASEGURADA, Por Nancy Marquez.

Estamos seguros que nuestra victoria está asegurada cuando luchamos en el espíritu y no en nuestras propias fuerzas. Un creyente determinado está dispuesto a luchar, pero no con armas carnales, sino con las armas espirituales que son más poderosas que cualquier armamento nuclear. Dios nos ha dado una armadura, y nos ha dado armas para pelear la batalla, estas son: la oración, la Palabra, el ayuno, y sobre todo, la obediencia. Si somos obedientes en aquellas cosas que Dios nos manda, podemos ganar la batalla diaria. El Espíritu Santo, que vive en nosotros y está con nosotros hasta el fin del mundo (Juan 14: 16-17) nos ayudará a obtener la victoria. Sigamos luchando por nuestros matrimonios, nuestras familias, por los valores morales y por establecer el Reino de Dios aquí en la tierra.
"Hacia adelante hermano/a que nuestra victoria está asegurada"
Las armas de nuestra contienda no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas. 2 Corintios 10:4
"No por el poder ni por la fuerza, sino por Mi Espíritu," dice el SEÑOR de los ejércitos. Zacarias 4:6

miércoles, 25 de julio de 2012


PIDE, NO SEAS ESCASO, Por Pastor Otoniel Font.

Hemos estado estudiando la oración de Jabes. Vimos que él ya era un hombre bendecido, y lo que él le estaba pidiendo a Dios era que lo llevara a un nuevo nivel de bendición, cuando dijo: Si me bendijeras.

Jabes siguió orando: Si ensancharas mi territorio. La oración de mucha gente en la iglesia hoy día es: Señor, llévanos de aquí. Jabes decía: Dame más aquí.

En Éxodo 34:24, en adelante, está hablando de las fiestas anuales. Este era un tiempo en que el pueblo se presentaba delante de Dios, ofrendaban a Dios, iban al templo, ofrecían sacrificios. Y la respuesta de Dios era arrojar a las naciones de presencia del pueblo, y ensanchar su territorio.

La promesa de Dios no era sacar al pueblo de ese lugar, sino sacar a los enemigos de allí, para que el pueblo de Dios habitara el territorio. La promesa era: Tú vas a conquistar el territorio. Y todo el que estuviera en territorio que Dios hubiese dicho que es suyo, Dios, no tan solo lo iba a sacar, sino que lo iba a arrojar.

En Deuteronomio, Dios le dice al pueblo de Israel que, cuando ellos estuvieran listos para entrar a la tierra de Israel, los gigantes y las fieras se irían. Aquellos gigantes y aquellas fieras estaban allí, porque de lo contrario, la tierra se perdería. Dios tenía a los enemigos del pueblo de Israel, cuidando la tierra que era de ellos.

No tienes por qué tener prisa, pensando que alguien se te adelantó a lo que Dios te prometió. Dios lo que está haciendo es cuidarlo, hasta que tú puedas entrar.

Tampoco puedes pensar que Dios a ti te ha dado todo el territorio. Dios te ha dado parte del territorio. No todo el mundo tiene el mismo llamado, la misma unción, ni la misma visión. Hay un territorio que Dios te ha dado a ti, y hay un territorio que Dios le ha dado a otros. Tú no puedes estar metiéndote en territorios que Dios no te entregó a ti, porque Dios no te ha prometido darte cosas que él no tiene reservadas para tu vida. Él te ha prometido que él va a arrojar enemigos de delante de ti, en el territorio que él te ha entregado a ti.

Tienes que identificar cuál es el territorio que te pertenece a ti, para entrar, y pararte firme, sabiendo que, cuando tú entres, la promesa de Dios se va a cumplir.

¿Por qué Abraham dejó la casa de su padre? Porque Dios le prometió darle su propia tierra.

Dios te ha prometido un territorio. En el libro de Santiago dice que no tienes porque no pides. ¿Y por qué la gente no pide? Porque se llaman Jabes, y piensan que sus circunstancias determinan lo que pueden tener. Lo que determina lo que tú puedes tener no es tu circunstancia, sino lo que Dios te ha prometido, y lo que tú te atreves a pedir.

El problema de la gente es que no piden, o como dice Santiago, si piden, piden mal.

La biblia nos presenta la historia de una viuda que, cuando su marido muere, se presenta ante el profeta diciendo que su marido era servidor del profeta, la dejó en deuda, y los acreedores venían a quitarle sus hijos. Dos preguntas le hizo el profeta a la viuda: ¿Qué tienes en tu casa? Y: ¿Qué tú quieres que haga contigo?

La mujer tenía que escoger a cuál de las dos preguntas responder. Si respondía a la pregunta incorrecta, podía decir: Quiero que me des algo de sustento. El profeta le habría dado algo, y eso hubiera sido todo. Ella respondió a la primera pregunta: Una vasija de aceite. El profeta no dejó que contestara a la segunda. Le dijo: Ve a tu casa, ese aceite se va a multiplicar.

El problema es que se nos ha enseñado a contestar la segunda pregunta, cuando a lo que tienes que contestar es a la primera pregunta: ¿Qué tienes en tu casa, y qué Dios puede hacer con lo que hay en tu casa, y qué puede Dios hacer con lo que hay dentro de ti?

El profeta le dijo más a la viuda. Le dijo: Pide, pide vasijas, y pide muchas, no seas escasa. Porque el aceite iba a cesar, cuando ella dejara de pedir vasijas.

El problema es que las circunstancias nos hacen perder nuestra agresividad hacia lo que Dios tiene para nosotros. Y nuestros fracasos, nuestros errores, nuestro pasado, nos hacen detenernos; y comenzamos a medir, no lo que Dios puede hacer, sino lo que nosotros podemos hacer.

En Isaías 54, Dios dice: Ensancha el sitio de tu tierra, y alarga tus cuerdas.

lunes, 23 de julio de 2012

MUERTOS PARA VIVIR




Hace ya bastante tiempo, un hombre de familia tubo que elegir entre Dios o sus seres más queridos. Eran creyentes en un país, donde el nombre de Jesús era blasfemia para ellos. El padre de familia era predicador y su temor no estaba sobre los hombres, sino sobre Dios; es por ello que insistía en predicar de la salvación por medio de Jesús. Muchas veces le pegaron y metieron en la cárcel, pero a el le fortalecía el sufrimiento por causa del nombre que es sobre todo nombre “Jesús de Nazaret”.

Una de tantas, se reunieron los mandatarios de aquella ciudad y dijeron; veamos que fe tiene este hombre en su Dios. Cogieron a ese predicador y su familia: su hijo, su hija y esposa y los metieron en un foso de tierra ya preparado.

Las gentes de esa ciudad gritaban: “muerte al predicador”. Los mandatarios le daban a elegir y le decían: o niegas a ese tal Jesús o te enterramos vivo a ti y tu familia. Después de algunos minutos de gran silencio, se escucha la voz de la más pequeña de la familia, “papa, papa Dios nos esta esperando”.

El varón de Dios expone su ultima predicación, rechazando la petición del pueblo. Los enterraron vivos sin escuchar grito alguno. A los pocos años; cientos de personas que gritaron “muerte al predicador”, se convirtieron a ese Jesús que ellos rechazaban con gran furia.

Escrito está, lo que el hombre sembrare eso recogerá. Ese hombre de Dios sembró algo más que una semilla, sembró su propia vida y la de los suyos, y recogió cientos de hermanos para toda la eternidad. Dios bendiga a hombres y mujeres como este predicador.

S. Mateo 16:24, “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su Cruz cada día y sígame.”

viernes, 20 de julio de 2012

DIOS RESPONDE A TU FE, Por Pastor Otoniel Font.

En 1 Crónicas 4, dice que Dios le otorgó a Jabes lo que pidió. La biblia está llena de oraciones de muchos personajes, y son muy pocas las ocasiones en que hay una confirmación tan clara, donde la biblia diga que Dios concedió la petición.
En solo dos versos la biblia nos presenta una historia que debemos estudiar, para aprender principios espirituales que podemos aplicar en nuestra vida, para que Dios conceda nuestra oración, una petición como la de Jabes.
Si analizamos bien la petición de Jabes, bajo muchos estándares, esta es una oración que no se debería hacer. Bajo los estándares de mucha gente tradicional, esta es una oración que no es correcta. Según mucha gente, no se supone que uno ore de esa manera: Bendíceme, ensancha mi territorio, cuídame. ¿Dónde está el aspecto de Dios? ¿Dónde dice: Voy a las naciones? Jabes dijo: Bendíceme a mí, ensáncha mi territorio, cuídame a mí, para que yo no me dañe.
El único momento donde vemos a Dios es al final diciendo que se lo concedió. Bajo muchos estándares, esa sería una oración pecaminosa, no sería una muy correcta. 
Jabes significa “dolor”. Pero, a diferencia de otras historias en la biblia, en esta ocasión, se nos describe primero el éxito de Jabes, para luego entonces decirnos el significado de su nombre. Antes de que podamos juzgar a Jabes, el escritor nos aclara que Jabes era un hombre ilustre. Luego, entra en la explicación de lo que significa Jabes, y por qué se llamó Jabes.
Se nos presenta el grado de importancia, el honor que este hombre alcanzó, con el propósito de que no lo juzguemos por su nombre, y para que no pensemos que Dios le concedió su petición porque él se llamara “dolor”. Porque él se llamaba Jabes, no por él, sino por las circunstancias en las que nació.
No debemos pensar que nuestros problemas y dolores son licencias para que Dios responda a nuestras oraciones. Aun la misma iglesia, en muchos casos, ha promovido el pensamiento de que, mientras más problemas tengamos, más humildes somos, y más espirituales somos. Pero Dios nunca ha respondido una oración por dolor, él las responde por fe.
Se nos dice que hubo dolor en el nacimiento de Jabes, pero no se nos dice qué clase de dolor. Una madre, al momento de dar a luz, puede experimentar dolor por diferentes razones. El dolor físico es inevitable. Pero, cuando es un parto complicado, el dolor es más allá de lo normal. Y a través de toda la gestación habría grandes dolores, angustias, problemas. Quizás no era un niño producto de una relación de amor, sino una forzada. Quizás el niño nacería en un momento de crisis económica.
Lo que vivió Jabes es lo que vive nuestra sociedad hoy día. Algunos nacen en circunstancias traumáticas, dolorosas. Hay personas que viven momentos en los que piensan que han nacido únicamente para experimentar dolor. No recuerdan haber tenido un momento de disfrute. Jabes tuvo que vencer todas esas cosas.
En 2 Corintios 4:16 dice que mientras más se desgasta nuestro hombre exterior, más renovado debe estar nuestro hombre interior. Los problemas tienden a desgastarnos. Y hay un desgaste natural, pero hay un desgaste provocado por no tener crecimiento espiritual, en medio de las circunstancias que te van desgastando.
Todos nos vamos a desgastar, envejecemos todo el tiempo. Pero una cosa es el desgaste natural por los años, que incluso es digno de admiración, y se ve bien, porque es parte del proceso natural de la vida. Pero otra cosa es el desgaste porque una persona no ha podido soportar los embates de la vida: divorcios, bancarrota, crisis económica.
Los creyentes también pasamos por esas circunstancias de la vida, con la diferencia de que nuestro hombre interior debe ir renovándose, conforme se desgasta el exterior, y podemos lucir las canas con honor, porque es parte de la vida, y debe verse en nosotros el reflejo de la renovación interior.
Y es esta renovación interior la que nos lleva a alcanzar el título de ilustres, o de honorables, a pesar de las circunstancias en las que hayamos nacido, convirtiéndonos en personas a las que Dios concede peticiones.

jueves, 19 de julio de 2012


ZORRAS PEQUEÑAS, Por Pastora Nancy Marquez.

¡Cuidado con las pequeñas cosas que parecen insignificantes, pero con el tiempo pueden crearnos la ruina! Es importante que prestemos atención a las cosas que se quieren introducir a nuestras vidas, que socaban el fundamento que ha sido establecido, y que no parecen tener influencia, pero que a la larga nos dañan la existencia. En el libro del Cantar de los Cantares, Cap. 2, la Biblia nos habla de las "pequeñas zorras" que echan a perder las viñas. Estas pequeñas zorritas se introducían a los viñedos a través de huecos que hacían por debajo de las vayas, ya que ellas socaban el fundamento; echaban a perder la belleza y productividad de la viña.

Como creyentes sabios, debemos prevenir algunos errores:

Primer Error: Pasar por alto las cosas pequeñas - Cuando pasamos por alto las cosas pequeñas es como caminar en un hermoso sendero lleno de flores aromáticas, con una piedrecita en el zapato. Es como tratar de mirar un bello atardecer con una basurita dentro del ojo.

Segundo Error: Olvidar que las cosas pequeñas, tienen la capacidad de crecer - Una mentira blanca, tiene la capacidad de convertirse en un gran engaño. Una pequeña ofensa tiene la capacidad de convertirse en una gran raíz de amargura que contamina a muchos.

Tercer Error: Ignorar que las cosas pequeñas tienen nacimiento en nuestro interior - Las cosas grandes son solo el reflejo de lo que hay por dentro. En la época de Jesús, los religiosos eran muy estrictos con las leyes y el que era tomado en una falta de adulterio debía pagar con la muerte (apedreado). Jesús, vino cazando zorras pequeñas y dijo: “Cualquiera que mire a una mujer para codiciarla en su corazón, ya adulteró contra ella” (Mt. 5: 27 -28). Los fariseos enfatizaban la ley que decía “no matarás; y el que matare será culpable de juicio” (Mt. 5: 21-22), pero Jesús vino cazando zorras pequeñas y dijo: “Cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio”.

Según la belleza y la productividad de una viña se veía reducida por la invasión de zorras pequeñas, así mismo son esas cosas que descuidamos las que acaban con la belleza y productividad de nuestra propia vida y nuestra relación con Dios, nuestras relaciones matrimoniales, nuestras relaciones familiares, nuestras relaciones como iglesia, como comunidad y como familia de la fe.

¿Ha podido detectar alguna de estas pequeñas zorras zarandeándole? Un creyente sabio tiene cuidado y vigila para no dejar introducir zorras pequeñas que arruinen su vida.


miércoles, 18 de julio de 2012

LA DURABILIDAD ES LA CLAVE, Por Pastora Omayra Font.


Cuando Dios creó las lumbreras, las creó con su palabra. Y la luna y el sol ocupan espacio, son materia, y han durado millones de años, apoyados por la palabra de Dios. De la misma manera, hay cosas en nuestra vida que no se van. Quizás has tratado de entregarle tu casa al banco, y el banco no te la ha querido coger. Y es que esa es la casa que Dios tiene para ti. No hay banco, no hay problema económico, no hay nada que te la pueda quitar, tiene durabilidad, porque está apoyada por la palabra de Dios.

Y una de las características que tienen las cosas de Dios en nuestra vida es que duran.

Por eso dice la palabra que instruyas al niño en su camino, y aun cuando fuera viejo, no se apartará de él; porque la enseñanza que tú le das a tus hijos dura porque, cuando está apoyada por la palabra de Dios, tiene durabilidad.

Y este mensaje es para que aprendas a identificar aquellas cosas en tu vida que son de Dios, y las que no lo son; porque a todas llamamos tesoros, pero a la hora de la verdad, solo las que duran son las de Dios, porque están apoyadas por la palabra de Dios, y la palabra de Dios es para siempre.

A los tropiezos del pasado, podemos llamarlos fracasos, o podemos llamarlos cosas que no eran de Dios, y como no eran de Dios, por eso no están con nosotros hoy. ¿Quieres tú algo que no es de Dios en tu vida? Pues lo mejor que puede haber pasado es que se haya ido, que haya terminado, que ya no esté aquí, que ya no sea parte de tu vida.

Por eso es que los problemas tienen fecha de expiración; porque los problemas no son de Dios. La maldad no es de Dios, no tiene durabilidad, no permanece para siempre.

En Génesis dice que Dios dijo: Sea la luz; y lo que ha estado pasando todo este tiempo es que esa palabra “luz” ha seguido rebotando en el cielo, y en el cielo no hay polilla, no hay moho, no hay ladrón, que interrumpa el fluir de la palabra: luz, luz, luz… Por eso cada mañana cuando te levantas sabes que fuera de tu ventana va a haber luz. Y puede ser un día lluvioso, y estar todo lleno de nubes, y sabemos que el sol no se ha desaparecido, porque el sol está sostenido por la palabra de Dios, desde que él dijo que se hicieran las lumbreras. Y nunca va a desaparecer. Nunca viviremos en un mundo sin aves, ni sin animales, ni sin plantas. Quizás se han extinguido algunas aves, pero tenemos aves, y siempre las tendremos, porque la palabra de Dios sigue dando vueltas en la expansión de la eternidad.

Enfócate en aquellas cosas que están sostenidas por la palabra de Dios. Tu prosperidad está sostenida por la palabra de Dios.

El tiempo es maravilloso. Hay quienes detestan el tiempo; no quieren ni contar los años que tienen, no quieren esperar para nada, cuando en realidad el tiempo es una de las cosas más maravillosas que hay, porque el tiempo revela el carácter de las cosas. El tiempo es la respuesta a muchas cosas en nuestra vida. Esperar un poco por algo, nos dice si realmente lo queríamos o no. 
 
Dios tiene tres respuestas: Sí, no, y todavía. Si la respuesta de Dios a tu petición, hasta el momento, ha sido todavía, es porque no estás preparado, pero no deja de ser de Dios, y mientras esté del lado de Dios, se va a manifestar, no se va a acabar, sino que es cuando pasen a tus manos que entonces comienza a correr el tiempo. Por eso hay cosas que arrebatamos por desesperación, y se nos dañan; dejan de ser de Dios, porque no les dimos su tiempo.

De la misma manera pasa con nuestra ofrenda. Queremos sembrar una semilla hoy, y mañana tener el fruto cuando, en toda semilla, la clave es el tiempo. Puede que sea el mejor terreno, y la mejor semilla, pero si no pasa el tiempo que tiene que pasar, no pasa nada. ¿Estás dispuesto tú a esperar el tiempo de Dios para recibir las cosas que van a perdurar en tu vida? Porque no se trata tan solo de que lleguen, sino de que, cuando lleguen, duren, y que puedas tenerlas como los tesoros que son, porque provienen de Dios.

Cuando siembras una semilla, la pones en manos de Dios y, como Dios tiene el control, sabes que va a dar frutos, y que ese fruto va a permanecer.

martes, 17 de julio de 2012

DANDO GRACIAS A DIOS POR TODO





Te daré gracias, Señor mi Dios, con todo mi corazón y glorificaré tu nombre para siempre. Porque grande es tu misericordia para conmigo; y has librado mi alma de las profundidades del Seol” (Salmos 86:12-13).

Para tu vida presente debes aprender a dar gracias a Dios por todo lo que sucede. Porque esta actitud te hace ver siempre lo positivo aún en medio de luchas, aunque no entiendas todo lo que ocurre a tu alrededor y dentro de tu mundo interior. La Biblia expresa:

Entrad por sus puertas con acción de gracias, y a sus atrios con alabanza dadle gracias, bendecid su nombre. Porque el Señor es bueno; para siempre es su misericordia, y su fidelidad por todas las generaciones” (Salmos 100:4-5).

MEDITACION: QUIERO DARTE GRACIAS…
Quiero expresarte mis sentimientos surgidos en mi caminar por mi mundo interior de tinieblas y de luchas y victorias. Ahora me detengo un instante y miro hacia delante, a la luz de la aurora. He caminado un largo trecho donde tu luz me fue alumbrando cada día con mayor intensidad. Sé que un día cuando me llames, mi cuerpo dejará en libertad el alma que hoy te pertenece. Dejará esta prisión de carne y de luchas entre mis dos naturalezas, que se oponen entre el bien y el mal: La lucha de mi egoísmo y la de mi espíritu.

Miro también hacia atrás para ver el camino por donde me guiaste. Gracias Señor por salvarme cuando estaba ciego, prisionero y angustiado. Tu me llamaste y tuviste misericordia de mí. Por ese milagro y muchos más, sé que tu estás en mí, ahora, y más allá de mis pensamientos.

Ahora veo con paz mi pasado, no para llorar por mis errores, sino para reconocer la ceguera espiritual en que me encontraba, pero que tu alumbrastes poniendo en mi ser arrepentimiento y redimiéndome con el perdón de mis pecados. Me diste también capacidad de perdonar a otros, pedir perdón y perdonarme a mí mismo.

Gracias, porque en mi caminar de tu mano, nunca me abandonaste. Pusiste el dedo sobre mis llagas para que a través del dolor de mis heridas tuviera que enfrentarme a ellas para poder sanarme emocional y espiritualmente. Me obligaste sutilmente a mirar la miseria dentro de mi alma para que fuera capaz de descubrir las cadenas que me aprisionaban.

Me diste la dicha de descubrir la verdad de mis tristezas, las razones por las que fracasé en tantas cosas a causa de los frutos del pecado en mi corazón. Pero más importante aún, me diste el derecho por tu gracia de ser llamado Hijo de Dios cuando te acepté en mi corazón. Llenaste mi vida de sabiduría y del poder de tu Santo Espíritu.

A ti, Dios de mis padres, doy yo gracias y alabo, porque me has dado sabiduría y poder” (Daniel 2:23).

Ahora puedo entender que en tu camino permitiste momentos de lucha intensa y de angustia para moldear mi carácter y atraerme a tus brazos. Me enfrentaste a mis propios enemigos que arrebataban mi paz interior, pero no me entregaste a ellos. En cada lucha me diste el tiempo que necesitaba para alcanzar la victoria, “no con mis fuerzas sino con tu Santo Espíritu”.

Sin tu amor no hubiera podido vencer mi dolor y odio que estaba congelado en un lugar frío y remoto de mi mundo interno. Terminó el tiempo para recordar con dolor mi ayer. Ahora mis sueños para un mañana están en tus manos porque “Mayores son tus caminos y pensamientos que los míos”. Queda el tiempo de caminar en comunión contigo, en libertad: Tú eres mi Dios, tu hijo soy.

¡Gracias a Dios por su don inefable!” (2 Corintios 9:15). “Lavaré mis manos en inocencia, e iré alrededor del altar, Oh Jehová, para proclamar con voz de acción de gracias agradecimiento y contar todas tus maravillas” (Salmos 26: 6-7).

lunes, 16 de julio de 2012

¿CARNALES O ESPIRITUALES?, Por Faustino Zamora.

El mismo día que Ana levantó su mano y su corazón para recibir a Cristo, quiso Dios que escuchara su primer sermón en la iglesia y en este la Palabra de Dios hablaba constantemente de la carne. Al terminar el servicio, se dirigió a un grupo de hermanos que comentaban el sermón y con ojos asombrados y rostro dudoso, preguntó: Hermanos, ¿qué cosa es la carne esa de que habló el pastor…qué quiso decir con eso de estar en la carne? Ana recibió una multitud de respuestas, pero su rostro, al final, reflejaba una incertidumbre total. Evidentemente sus dudas se habían acrecentado sobre el particular y nadie había dado en el clavo con una explicación convincente.

La carne es esa parte de nosotros que no se rinde al Señor y se congracia con el mundo para buscar lo que no es de Dios. Es el deseo egoísta de satisfacer nuestras necesidades, pero sin contar con Dios, es revolcarnos en nuestros afanes y someternos a nuestro propio yo. Y lo peor, es tratar de querer ser Dios. El libro de Eclesiastés es un precioso manual de enseñanzas sobre los peligros de vivir en la carne y no según la voluntad y bajo el control de nuestro Señor. Estar en la carne es un intento de sacar a nuestro creador del juego. La Palabra nos advierte: Porque todo lo que hay en el mundo, la pasión de la carne, la pasión de los ojos y la arrogancia de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. (1Juan 2:16).

¡Ah, los afanes de la carne! ¡Cuántas veces caemos en la misma trampa!

Quien primero trató de ser como Dios fue Satanás. Él tentó a Adán y Eva para que sintieran también el deseo de querer ser como Dios. Esa es la tendencia que la Palabra llama carne. Como él ya perdió su propia batalla en la cruz en este afán, su vocación preferida es intentar que los redimidos en Cristo andemos rasgando nuestras vestiduras en señal de derrota por causa de la carne. El rey Salomón entendió el pecado de la carne, se concedió todos los placeres y deseos carnales pero al final dijo “…y vi que todo era absurdo, un correr tras el viento, y que ningún provecho se saca en esta vida” (Eclesiastés 2:11)

El deseo de la carne es contra el Espíritu. Si hemos conocido al Señor y verdaderamente hemos nacido de nuevo, entonces ya no debemos ser carnales, sino espirituales. No es una opción, sino que, al proyectarnos como tal, estamos cumpliendo con la voluntad del Señor, quien nos ha dado una nueva naturaleza, un Espíritu redentor y poderoso que anhela de nosotros un crecimiento a la estatura de la plenitud de Cristo. Si a Él le hemos dado el control de nuestras vidas, si Él reina en el altar de nuestra sumisión y obediencia por el Espíritu que está en cada uno de nosotros, huiremos con facilidad de las tentaciones, y viviremos conscientes del sacrificio de Cristo; en paz con Él y con el prójimo. ¡Dios les bendiga!

viernes, 13 de julio de 2012

CONTENDAMOS POR NUESTRA FE CON GRACIA Y AMOR, Por Dr. Roberto Miranda.

Indudablemente, la influencia social y política de la Iglesia a través de la historia, en la medida en que se ha ceñido a los valores de la palabra de Dios, ha sido benévola y humanizadora. Solo hay que observar la diferencia entre los países que históricamente se han desarrollado bajo la influencia del cristianismo, y aquellos que han evolucionado bajo la tutela de otros sistemas religiosos. Pero en muchas ocasiones, la Iglesia ha manejado muy mal la autoridad. Ha traído vergüenza y escándalo al nombre de Jesucristo cuando ha usado su poder para oprimir a otros y enriquecerse ilegítimamente.

Por todas estas razones, hay que proceder con mucha sobriedad y cautela cuando abogamos a favor de una mayor integración entre Iglesia y gobierno, o cuando nos frustramos ante la resistencia de tantos hacia la idea de un gobierno cristiano en nuestros países. En cierta medida, la culpa de esa actitud sospechosa hacia la Iglesia de parte de tanta gente moderna cae a los pies de la Iglesia misma, por su comportamiento inconsistente y pecaminoso a través de los siglos cuando ha manejado el poder político.

Habiendo dicho esto, sin embargo, tenemos que reconocer que Dios quiere que las naciones y las demás instituciones humanas reflejen los valores de su Reino; que aun antes de que Cristo venga, los cristianos debemos esforzarnos porque nuestras sociedades se sujeten a los valores morales y espirituales del evangelio. No podemos tomar nuestro talento, como el siervo infiel de la parábola, y esconderlo en un pañuelo por temor a no invertirlo correctamente. El temor al fracaso no debe jamás impedirnos obedecer al mandato de Jesús de negociar hasta que él venga (Lc 19:13). Los cristianos tenemos que obedecer al llamado de involucrarnos en la política, en el ámbito social y cultural. Debemos emplear esas posiciones de influencia, cuando las obtengamos, para facilitar el esparcimiento del evangelio y sus valores morales y espirituales.

La Biblia está llena de ejemplos de hombres y mujeres que usaron posiciones de influencia política para avanzar los intereses y los valores del Reino de Dios. Ahí tenemos a José, Daniel, Ester, Nehemías, a quienes Dios usó grandemente para establecer sus propósitos históricos. A través de la historia, cristianos como el padre Las Casas, Abraham Lincoln, William Wilberforce, y Abraham Kuyper obtuvieron fuerzas e iluminación de su fe cristiana para llevar a cabo importantes reformas en el seno de la sociedad. Personajes bíblicos como José, David, Daniel y Josafat usaron el poder político desde una postura centrada en Dios y su Palabra, y se movieron con integridad y competencia en el desempeño de sus responsabilidades públicas.

Cuando desempeñamos un cargo público, debemos amarrarnos ferozmente al mástil de la oración y la palabra de Dios, a fin de obtener la sabiduría necesaria para manejar el poder conforme a los valores del evangelio. Como Salomón, tenemos que pedirle al Señor, “Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo” (I Rey 3:9). Tenemos que proyectar genuinamente al mundo humildad y generosidad. Pero no podemos actuar con titubeos o timidez cuando Dios nos concede la oportunidad de legislar en su nombre.

¡No podemos meternos en un rincón y dejar de contender por nuestra fe sólo porque hayamos cometido errores en el pasado! Lo importante es aprender de esos errores, y movernos con sabiduría y humildad. Debemos esforzarnos como nunca para que nuestra influencia social refleje la bondad, la gracia, la justicia y la verdad de Jesucristo. Tenemos que proceder con honestidad y transparencia cuando entramos en el terreno incierto y traicionero de la política y la transformación cultural. Pero también tenemos que intervenir con seguridad y determinación, sabiendo que nos movemos en el poder y la autoridad de Jesucristo. Manejamos la verdad única y total de Dios, la cual las naciones necesitan como nunca antes.

jueves, 12 de julio de 2012

ERES LO QUE PIENSAS






Dios está interesado en tu mente y tus pensamientos. ¿Sabes por qué? Porque lo que pensamos tiene un gran impacto en cómo actuamos. Eres lo que piensas. Por lo tanto cuanto más sanos y verdaderos sean tus pensamientos más sana será toda tu vida. Pero cuánto más fatalistas, negativos y negros sean tus pensamientos más te enfermarás.

¿Por qué te deprimes? Porque más allá de las situaciones que hayas vivido, piensas en todo lo triste, lo doloroso y lo que está mal. Te ves a ti mismo como víctima y sufres.

¿Por qué mantienes el rencor y la falta de perdón? Porque piensas una y otra vez en lo que te han hecho, y cuánto más lo piensas más herido te sientes y mayor es tu enojo y deseos de vengarte.

¿Por qué fracasas cuando emprendes alguna actividad? Porque piensas que no podrás hacerlo bien, que no eres suficientemente capaz, o que a otros les irá mejor que a ti.

¿Por qué te aislas de la gente y te encierras en ti mismo? Porque piensas que todos son unos falsos, que no se puede confiar en nadie, o bien, que no volverás a permitir que nadie te lastime.

¿Por qué sientes que Dios está lejos y no te escucha? ¡Porque es lo que piensas y sientes!

Pero todos los ejemplos anteriores tienen algo en común: son mentira. Son pensamientos mentirosos que te mantienen atado, paralizado, frenado y dando vueltas en círculos.

Pensar correctamente es vital para vivir correctamente y tener éxito en todo lo que emprendas.
Pensar correctamente es pensar como Dios piensa. Es funcionar de acuerdo a los pensamientos de Dios.

Cuando piensas correctamente, las decisiones que tomes respecto a cada área de tu vida serán buenas, y aún si te equivocas podrás corregirlo y volver a empezar.

Dejarte guiar por Dios y su forma de pensar es la mejor decisión que tú y cualquier persona puede tomar.

Para pensar sabiamente tienes que pensar como Dios piensa. ¿Y cómo piensa Dios? Lee su Palabra y lo descubrirás. Pero te doy algunos ejemplos: Dios piensa en que todo es posible, Dios piensa en sanidad, Dios piensa en gozo, Dios piensa sin miedos, Dios piensa en abundancia, Dios piensa ideas originales y creativas, Dios piensa en fe, Dios piensa en avance, crecimiento, multiplicación.

¡Anímate a pensar como Él!

¿Qué tipo de decisiones crees que toman las personas que piensan como Dios piensa?

¿Qué situación enfrentas actualmente en la que necesitas aprender a pensar como Dios piensa para encontrar la mejor solución?

miércoles, 11 de julio de 2012

LA BUENA VOLUNTAD DE DIOS PARA TI, Por Karol Ladd.

Cuando reconozco que Dios tiene buenas intenciones para mí, veo la vida desde una perspectiva un poco diferente.

¿No es impresionante pensar que Dios tiene una voluntad buena para tu vida? Para mí sí. En mi pequeña percepción de Dios, es natural suponer que Él esté demasiado ocupado para planear una voluntad buena para mí.

Sin embargo, a lo largo de las Escrituras, se nos confirman sus planes y propósitos. A algunas personas les cuesta creer que los propósitos de Dios sean buenos. Tienden a pensar de Dios como un capataz o tirano cruel con un látigo, listo para hacernos vivir la vida más difícil que podamos imaginar. Pablo no dijo que Dios produce en nosotros el querer como el hacer conforme a su plan malvado, su "mano dura" o sus exigencias sin fin.

No, Dios produce en nosotros el querer como el hacer conforme a su buena voluntad.

Esta pequeña frase puede traducirse como su beneplácito o su buen agrado. Dios no solo sabe qué está bien y es bueno, sino que tiene la intención o la determinación de trabajar en pro de algo bueno. Vemos este mismo término en el primer capítulo de Efesios. "Nos predestinó para que por medio de Jesucristo fuéramos adopta­dos como hijos suyos, según el beneplácito de su voluntad". Volvemos a encontrar esta palabra más adelante en el mismo capítulo: "y nos dio a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo".

Pablo escribió en su carta a los Tesalonicenses: "Por eso siempre oramos por ustedes, para que nuestro Dios los considere dignos de su llamamiento, y cumpla con su poder todo propósito de bondad y toda obra de fe". También me viene a la mente el entrañable pasaje de Romanos: "Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman, es decir, de los que él ha llamado de acuerdo a su propósito".

¿Acaso no sientes, al leer estos versículos, que Dios tiene un plan y propósito intencional para nosotros, y que es algo bueno? El Señor nos llama a seguirlo y a caminar con Él, porque tiene un buen plan y un propósito intencional. Él quiere que caminemos conforme a sus caminos, y quiere ayudarnos a hacerlo porque tiene buenas intenciones para nuestra vida. Quiere que conozcamos el gozo de vivir para Él y que caminemos humildemente en obediencia a Él. Es divertido ver cuántas tentaciones de este mundo parecen ofrecernos placeres agradables, pero no logran satisfacernos en absoluto. Ya sea vivir con alguien fuera del matrimonio, recurrir al alcohol o las drogas para estimular el placer, o codiciar más posesiones, a menudo las personas parecen no encontrar lo que buscan. Pero Dios tiene buenos propósitos y buenas intenciones para nuestras vidas, y se encuentran en Él. Nadie puede quitarnos su buena voluntad y sus buenas intenciones.

Aunque la Biblia nos dice que Dios tiene planes buenos para nosotros, no significa que nuestra vida será buena y grata y que no tendremos problemas. Dios nos recuerda que podríamos llegar a tener dificultades, pero aun así Él tiene buenas intenciones para nosotros. Vemos esto en la vida de hombres y mujeres de fe del Antiguo Testamento. Abraham, José, Daniel y Jonás, todos enfrentaron pruebas difíciles, pero Dios tenía buenos propósitos y buenas intenciones para ellos, que se hicieron realidad de una manera hermosa en sus vidas. Como hija y partícipe de su gracia, Él tiene buenas intenciones para ti también. No te desanimes ante las pruebas, sino más bien confía en su buena voluntad para tu vida.

En Jeremías, leemos que el profeta recibió un mensaje para los israelitas. Él les dijo que se prepararan porque iban a estar cautivos en Babilonia durante setenta años. ¡Setenta años! ¿Qué? ¡Eso es terrible! ¿Tenía realmente Dios buenas intenciones para con ellos? Sí. Así es. Eso es lo que Jeremías les dijo a los israelitas: "Así ha dicho el Señor: Cuando se cumplan los setenta años de Babilonia, yo iré a visitarlos, y les cumpliré mi promesa de hacerlos volver a este lugar. Sólo yo sé los planes que tengo para ustedes. Son planes para su bien, y no para su mal, para que tengan un futuro lleno de esperanza —Palabra del Señor".

Probablemente hayas leído este versículo antes, pero ¿te diste cuenta de que fue dicho cuando los israelitas supieron que estarían cautivos du­rante setenta años? No se nos asegura que todo será "color de rosa", sino que Dios está con nosotros y tiene planes maravillosos para nuestra vida. Cuando enfrentas retos y dificultades, puede que no entiendas por qué te está pasando eso. Puede que te preguntes por qué el Señor permitió esa circunstancia en especial, pero una cosa que puedes hacer es confiar en las buenas intenciones de Dios para ti. Él te dotará de lo que necesites para atravesar esa dificultad según su buena voluntad para tu vida.

Cuando reconozco que Dios tiene buenas intenciones para mí, veo la vida desde una perspectiva un poco diferente. Sé que puedo confiar en un Dios que me ama y tiene un plan bueno para mí, aunque no me guste lo que está pasando en ese momento. El predicador escocés del siglo XIX Alexander MacLaren dijo: "Procura cultivar un sentido opti­mista y alegre de la multiforme bondad de Dios en tu vida diaria".

Sí, cuando tenemos el sentido alegre de la superabundante bondad de Dios hacia nosotros, cambia la manera en que recibimos lo que nos sucede.

¡Que la bondad del Señor llene nuestros pensamientos en todo momento para que podamos ver la vida con gozo y bendecir a otros con la misma bondad que tan misericordiosamente recibimos!

lunes, 9 de julio de 2012


CÓMO VENCER EL MAL, Por Pastor César Castets.

Aléjate de todo aquello que te haga retroceder. Huir del mal no es de cobardes, sino de sabios.
Gálatas 6:7-8 "No se engañen. Cada uno cosecha lo que siembra. El que siembra para agradar a su naturaleza pecaminosa, de esa misma naturaleza cosechará destrucción; el que siembra para agradar al Espíritu, del Espíritu cosechara vida eterna"
El promotor de todo pecado y maldad es Satanás. Miles de años atrás Satanás, era la mano derecha de Dios, era el ángel más precioso, era el ángel que dirigía toda la alabanza, toda la adoración.
Era un ángel que tenía un gran potencial para captar todo el mover de Dios y trasladarlo a través de la alabanza y la adoración, se movía en ese mundo espiritual con gran revelación y sabiduría, estaba bien pegado a Dios.
La aparición del enemigo
En un momento determinado Satanás quiso ocupar el lugar de Dios y tomó la decisión de derrocarlo, su idea tuvo un fracaso rotundo y Dios lo expulsó del cielo cuando, se reveló en contra de la voluntad de Dios y arrastró a un tercio de todos los ángeles junto con él, les llenó la cabeza, le prestaron el oído y se fueron junto con Satanás.
Este ángel precioso que estaba al lado de Dios, que Lo escuchaba, que caminaba con Él, que ministraba la alabanza como nadie, un día decide transformarse en el enemigo número uno de Dios, ahora la pregunta es ¿por qué lo hizo?, ¿qué fue lo que le pasó? Tenía un lugar de privilegio, un ministerio y un accionar privilegiado al lado de Dios.
Lo que sucedió es que Dios le anuncia que la creación se iba a coronar con la creación del hombre y de la mujer, del ser humano.
Dios estaba creando al hombre con la finalidad de adorarlo, tu y yo hemos sido creados para ser adoración delante de la presencia del Señor, íbamos a ser desde la mirada del enemigo, competencia para él y el diablo no quiere competencia.
Dios decide que el hombre iba a tener un potencial ilimitado, nos íbamos a poder mover con autoridad, con dominio y con poder, tampoco esto le gustó, entonces empezó a generarse el odio.
El enemigo te odia: El diablo odia a la raza humana con gran odio, nos odia de tal manera que siempre busca la oportunidad de hacernos caer, es tanto el odio que tiene contra nosotros que siempre esta maquinando alguna manera de hacernos caer.
El enemigo odia la creación de Dios: Satanás en el mismo momento en que empezó a odiar todos los planes que venían de parte de Dios, allí comenzó su caída. El diablo no pelea con Dios ya que la lucha no es contra Dios, el diablo es como un insecto, al lado de un gigante todopoderoso como nuestro Señor y contra Dios nadie puede pelear, el pelea contra ti y contra mí, pelea contra la creación de Dios. 
El diablo está detrás de todo lo malo, detrás de las guerras, detrás del cáncer, las enfermedades, detrás de las inseguridades, de las violaciones, de los robos, detrás de las discordias, de las drogas, el alcohol, detrás de todo pecado. El diablo maquina constantemente la manera de apartar la creación de Dios de su creador, maquina la forma de destruir nuestra vida, para que no vivamos las cosas maravillosas que Dios tiene para nosotros.
Dios creó al hombre y lo puso en el jardín del Edén, hasta allí se arrastro Satanás lo tentó encubiertamente, lo engaño y la humanidad cayó en la trampa, a partir de ese momento, todo lo que Dios le delego al hombre paso a manos del diablo, debido a la desobediencia de Adán y Eva.
Cuatro problemas que causo la desobediencia.
1. Problemas espirituales:
Cada vez que una persona cae en algún pecado, es porque primero cayó en la tentación. Lo primero que aparece son los problemas espirituales, antes de haber entregado nuestra vida al señor estábamos bajo la muerte espiritual, solo a través de Jesús podemos alcanzar la VIDA.
2. Problemas interpersonales:
Caín y Abel, hijos de Adán y Eva se van a hacer famosos porque entraron en una disputa y uno terminó matando al otro, porque cuando hay pecado, hay malas relaciones, hay desconfianza, esto es otra consecuencia del pecado.
3. Problemas naturales:
La tierra termina siendo maldecida aparecen las pestes, las inundaciones, los terremotos ,todo lo que va afectando y hasta hoy en día pareciera que las cosas están peor por las consecuencias de haberle dado lugar al pecado.
4. Problemas internos:
La tristeza, el dolor, la angustia, la culpa, todo lo que hace que tu vida no vaya ni para atrás ni para adelante, la tristeza, el odio, rencores y pecados nos alejan de nuestro creador.
Satanás sigue haciendo todo lo posible por destruir la creación de Dios, lo hace de una manera disimulada, usa formas sutiles.
Mete el pecado como algo normal, algo cultural y aun el enemigo está tratando de introducir dentro de la iglesia de Jesucristo el creer que lo que es pecado delante de Dios, es algo normal , que no pasa nada si desobedeces a Dios.
COMO VENCER EL PECADO
Lo primero que tenemos que hacer es huir, el enemigo siempre te va a estar mandando carnadas para que tu piques y quedes enganchado en el anzuelo, y lo va a hacer en tus mejores momentos, la mayoría de las veces no te va a mandar el ataque cuando estas mal, sino en los mejores momentos.
Jesús había recibido toda la presencia de Dios, se bautizo, fue al desierto, entonces ahí es donde vino el enemigo a tentarlo. El enemigo quiere tentarte en tus mejores momentos. Tienes que saber de qué lugares tienes que huir, si tuviste problema con las drogas, el alcohol, la prostitución, la pornografía, huye de todo lo que tenga relación con ello.
Aun tienes que saber de qué amistades tieness que huir, alejase de todo aquello que quiera hacer que el enemigo te tiente y vuelvas para atrás. Huir del mal no es de cobardes sino de sabios.
Me voy a llenar de todo lo bueno de Dios, palabras de Dios, promesas del Señor, para que el enemigo no vuelva a tener autoridad para venir a tentarte, la biblia dice que: "nuestra lucha, no es contra carne y sangre", lo espiritual se vence con lo espiritual, llénate de la palabra de Dios, de la alabanza, de la adoración para que puedas declarar y decretar palabra de Dios, palabra de bendición y milagros del Señor para tu vida. Cuando estás en problemas cuando hay tentación, busca a la persona adecuada, es decir, busca a tu líder, busca a tu pastor.
Levantar vallado, tienes que levantar un cerco espiritual alrededor tuyo, ¿de qué manera lo vas a hacer?, a través de la oración, lo vas a hacer a través de tener a alguien con quien puedas conversar las cosas que te están pasando, pero también lo vas hacer cuidándote, tu sabes donde hay áreas que tienes que cuidarte, hay persona de las cuales tienes que alejarte para que puedas levantar ese vallado de protección alrededor de tu vida. Tienes que buscar alguien a quien rendirle cuentas, alguien con quien hablar de las cosas que te pasan, hay cosas intimas que no se las puedes estar contando a cualquiera, pero alguien que sea de tu confianza, y que te pueda ayudar para resolver tus cosas.
Tengo que tomar mi cruz, dijo Jesús, toma tu cruz y sígueme, ¿qué significa tomar la cruz? Tengo que morir cada día a esa naturaleza pecadora, cada día tenemos que aprender a crucificar esos malos deseos, todos los tenemos, porque somos seres humanos , todos tenemos tentaciones, no te sientas mal, porque pases por tentación, porque tentación es tentación y pecado es pecado, la tentación no es pecado, es el paso previo. Lo que hagas con la tentación es lo que va a determinar que sea pecado o que haya quedado solo en una oferta del diablo que siempre será tentadora y linda, al principio parece buena , pero te debilita, te enferma y te mata. Porque busca tu destrucción, entonces nosotros tenemos que aprender a decir NO, a tomar nuestra cruz y seguirlo, tomar nuestra cruz y morir, cada día en esas aéreas donde la tentación quiere venir en contra de nuestras vidas.
EL ENEMIGO SOLO PUEDE TENER SOBRE NUESTRAS VIDAS LA AUTORIDAD QUE NOSOTROS LE CEDAMOS.
Oración: Señor te doy gracias porque en los momentos de mayor tentación me acompañaras y me libraras del mal. Sigo avanzando hacia la meta, nada me detendrá.