LA
PROMESA DE DIOS SIGUE VIGENTE
Escrito
por
Pastor
Otoniel Font,
el
miércoles, 09 de octubre del 2013.
Ante
la intimidación, algunos reaccionan con revancha, otros con peleas y
otros corren. Otros, incluso, caen en depresión, encerrándose por
temor a enfrentar lo que viene. Una persona en depresión ve su
futuro y se dice a sí misma: No voy a poder manejar los problemas.
En
un momento dado, el pueblo de Israel estaba dominado por los enemigos
a causa de la desobediencia. Estaban intimidados por sus enemigos, y
su reacción fue esconderse en cuevas, sumidos en depresión. Si bien
es cierto que los errores tienen consecuencias, no es menos cierto
que, ante todo fracaso y todo error, Dios tiene promesas.
No
fuiste creado para vivir en una cueva. Más allá de tu pecado, de tu
pasado, la promesa de Dios sigue vigente. Cuando tú clamas a Dios,
él te responde, y te dice: Te saqué de Egipto, y no me he olvidado
de ti.Sal de la cueva, y conquista.
El
enemigo sabe que con un mal pensamiento, una mala idea, una mala
noticia tu instinto es salir corriendo, esconderte y entrar en
depresión. Pero tiene que llegar el día en que pongas punto final y
te digas: Se acabó; hasta hoy estaré intimidado. Si
piensas que el miedo se va a ir, te vas a estancar y quedarás
detenido, escondido en la cueva. El miedo no se va; el miedo se
conquista.
En
una ocasión Gedeón estaba atemorizado ante los madianitas, y Dios
le dice: Hombre esforzado y valiente. Queriendo decir: Tú no eres
cualquier persona; vence el miedo con el poder del Espíritu Santo, y
conquista.
Una
mente transformada a la mente de Cristo cambia su manera de ver al
enemigo. La religión nos ha enseñado a un diablo más grande que
nuestro Dios Todopoderoso. Una mente transformada no ve al enemigo a
través de sus propios ojos, sino a través de los ojos del Espíritu
Santo.
Esto
le sucedió al siervo cuando le dice al profeta: Son más los que
están con los enemigos que los que están con nosotros. El profeta
ora y dice: Señor, ábrele los ojos para que vea lo que yo veo. Y
cuando el siervo vuelve a mirar se queda sorprendido porque pudo ver
que eran más los que estaban con ellos que los que estaban con el
enemigo.
¿En
qué estuvo la diferencia? En que vio la misma situación, pero con
la mente de Cristo. Esto fue, también, lo que Dios le dice a Gedeón:
Tú ves a miles, pero los vas a vencer como a uno. En otras palabras:
Gedeón, cuando los veas como yo los veo, verás que no son muchos.
¿Cómo
sabemos que una persona esta intimidada? Cuando está atendiendo
solamente sus necesidades, en vez de conquistar lo que Dios le
prometió. Ninguna promesa es dada, toda promesa es conquistada.
Todas las promesas que Dios le dio al pueblo de Israel, tuvieron que
conquistarlas. Si
no vences la intimidación en tu vida, no podrás ver las promesas de
Dios.
Hay
gente que ha renunciado a las promesas, al llamado, al propósito de
Dios para sus vidas, porque han preferido estar escondidos y
estancados en una cueva. Pero llegó el momento de que te levantes,
en el nombre de Jesús, y que tengas la mente de Cristo, y digas: Voy
a vencer a ese uno, y voy a conquistar.
Tiene
que llegar el momento que nada te intimide y veas al Dios
Todopoderoso al cual tú le sirves. Que, cuando el mundo te
rodee, puedas ver que son más los que están contigo. Ese gigante no
es tan grande como piensas.
Hoy
Dios te dice: Estaré contigo, mujer esforzada y valiente, hombre
esforzado y valiente, yo voy contigo, sal de la cueva y conquista.
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