TODO
ES LICITO, MAS NO TODO CONVIENE
Escrito
por Pastor
Otoniel
Font,
el
viernes, 12 de abril del 2013.
Tu
conciencia, una conciencia limpia, justificada, santa, debe saber que
todo es lícito, pero que no todo te conviene y que no te puedes
dejar dominar por nada.
Aunque
te sea lícito ir a fiestas, hay fiestas a las que no te conviene ir.
Hay fiestas que han cambiado la vida de una persona. Una mala fiesta
ha cambiado la vida de muchas personas, porque en una mala fiesta
conocieron a alguien que no debieron haber conocido.
No
necesariamente es que sea malo, es que no conviene. Si hay algo que
es lícito, pero te quiere dominar, decide que no te vas a dejar
dominar por nada.
Tú
debes ser dirigido por Dios y, después de buscar a Dios, debes hacer
lo que él dice, y debes ser dirigido por tu conciencia. Ahora bien,
tu conciencia no debe ser dirigida tan solo por lo que es lícito.
Hay gente que quiere determinar lo que es lícito para librar su
conciencia. El problema es que puedes librar tu conciencia y tomar
muchas malas decisiones porque, siendo lícitas, no convenían y lo
que querían era dominarte.
Las
decisiones que tomamos en nuestra vida, dirigidos por Dios y
dirigidos por una conciencia limpia, santificada y justificada, son
las que nos hacen ganar respeto delante de Dios.
Los
más grandes problemas que enfrentó David, los enfrentó en aquellas
ocasiones en las que hizo aquello que le era lícito, pero que no le
convenía. Pero, cuando hizo lo que le convenía, Dios siempre lo
apoyó.
Lo
que celebramos hoy de José fue que, cuando él pudo haberse acostado
con la mujer de Potifar, no lo hizo. Seguramente, de haberlo hecho,
el propósito de Dios para la vida de José no se habría detenido,
porque Dios mandó a José allí para poder salvar a toda la familia,
para poder tener un plan de cuatrocientos años hacia adelante. José
era una pieza demasiado importante. El que iba a tener que sufrir las
consecuencias de esa mala decisión era José. Dios lo iba a
perdonar, pero no es lo mismo vivir bajo el perdón y la misericordia
de Dios que caminar con la libertad de tu conciencia de que hiciste
lo correcto.
Dios
respetó cuando David pudo haber matado a Saúl y no lo hizo. David
se contuvo al punto de que, cuando regresó el hombre que mató a
Saúl, David lo mandó a matar y luego de preguntarle cómo se
atrevía a ponerle una mano encima al ungido de Dios, si él nunca lo
había hecho. David tuvo la oportunidad de matar a Saúl y no lo hizo
y el mismo Saúl le dijo que David era mejor que él, queriendo decir
que, si Saúl hubiese tenido una oportunidad como la que tuvo David
de matarlo, él no se habría contenido, sino que hubiese matado a
David.
Dios
admiraba personas como David, como José, como Abraham, como Pablo.
Estas personas cometieron grandes errores, tomaron malas decisiones,
pero, cuando estaban en comunión con Dios, tomaban las decisiones
correctas, eran dirigidos por Dios y eran dirigidos, no por lo que
les era permitido, sino por la conciencia de libertad que les decía
lo que tenían que hacer.
Vivir
de la manera en que vivieron estos hombres, tiene grandes resultados
para tu vida.
La
razón por la que la gente no toma decisiones de esta manera es
porque prefieren ceder al placer momentáneo y no ven recompensa en
vivir una vida dirigida por Dios y dirigida por una conciencia, no de
lo que es lícito, sino de lo que conviene.
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