NUNCA DEJES DE CONFIAR EN DIOS OTRA VEZ
Este
es uno de los principios que los hijos de Dios no debemos abandonar
nunca. Me ha tocado mucho este texto bíblico que a continuación
pongo:
“Y
otra vez: Yo confiaré en Él. Y otra vez: He aquí, yo y los
hijos que Dios me dió.” Hebreos
2:13
Confiar
en Dios es un ejercicio de sus hijos, mientras más estamos confiando
en Dios, mucho
más crecemos en nuestra vida espiritual.
Nos
hace muy bien a todos poner nuestra confianza en Dios, nos hace
crecer, nos hace sentir que Él está allí a pesar de todas las
situaciones.
Estas
situaciones son necesarias para crecer en confianza y saber que en
todo podemos confiar.
Es
verdad que nadie desea estar en dificultades para ver el actuar de
Dios, claro que nadie quiere esto, pero es necesario saber tomar cada
situación que debemos enfrentar, como una oportunidad para
acercarnos a ejercitar nuestra confianza
a Dios. Allí
donde todas las preguntas serán respondidas y todas las cosas
imposibles podrán verse lentamente posibles.
Debo
decir, que la confianza en Dios se traduce en una palabra: “fe”.
La
palabra de Dios dice: “Pero
sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que a
Dios se acerca, crea que le hay, y que es galardonador de los que le
buscan.” Hebreos
11:6
Nuestro
Padre que
está en los cielos, no
necesita demostrar
quién Él es, Él no tienen dudas de su identidad ni de su poder. El
quiere que nosotros seamos quienes reconozcamos quién Él es.
En una oportunidad Jesús le pregunta a sus discípulos lo siguiente: “Él les dice: Y vosotros, ¿quién decís que soy?” Mateo 16:15
Pedro
responde aquí algo fundamental y dice: “Y
respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el
Hijo del Dios Viviente.” Mateo 16:16
Esta
declaración era importante en la
intimidad de su relación,
Jesús luego les dice no le digan a nadie todavía, pero es necesario
que en vosotros esto esté claro.
Nuestra
declaración y confianza se basa en primer lugar en la intimidad de
nuestra relación con Dios. Es importante declararlo con nuestra boca
y que quede fijo en nuestro corazón.
Esta
confianza es
un ejercicio permanente, una y otra vez, no dependiendo de lo que sea
el resultado, sino sabiendo qué es lo que yo he elegido para mi.
Vemos
en la escritura innumerables situaciones en que sus hijos deben
confiar y permítanme decirles que la confianza se ejercita en la
adversidad.
NO
quiero con esto destacar un pensamiento positivista, esto hace la
gente del mundo par alcanzar metas, yo quiero resaltar algo más
grande, que lo expreso así:
- Una y otra vez Señor, independientemente de lo que vea y sienta.
- Una y otra vez Señor, más allá de la circunstancias.
- Una y otra vez Señor, porque en ti encuentro descanso.
- Una y otra vez Señor, porque sé que solo tu y nadie más que tu puede.
- Una y otra vez Señor, porque no hay nada más.
- Una y otra vez Señor, confiaré.

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