“…LO
QUE HEMOS OIDO,… VISTO…,… CONTEMPLADO, Y PALPARON NUESTRAS
MANOS…, ESO OS ANUNCIAMOS…” (1 Juan 1:1b,3b)
Cultivar
una percepción más grande de la
Presencia de Dios aporta tres beneficios tremendos:
(1) Compañía
Llegados
a cierto punto, todos nos damos cuenta de que la compañía humana es
limitada; nuestros mejores amigos no pueden estar siempre a nuestro
lado. Se mudan, desaparecen, o mueren. Algunas veces no nos
entienden. A veces no son leales. Si tratas de satisfacer todas tus
necesidades de compañía a través de otros, no importa lo
maravillosos que sean, te espera una vida llena de frustraciones.
Pero,
“…(a)[A]migo(s)
hay más unido(s) que un hermano (Proverbios 18:24b).
Y como Él “.fue
tentado en todo según nuestra semejanza… (Hebreos 4:15b),
nos entiende totalmente. Juan dice (parafraseado)
que este Amigo, Quien puede “ser oído, visto y tocado”,
siempre nos escucha, se comunica con nosotros, nos expresa su afecto,
es paciente con nosotros, nos perdona cuando le ofendamos, y sigue a
nuestro lado aunque le ignoremos por largos períodos de tiempo.
(2) Confianza
Tu
“viaje”
no
va a estar libre de tormentas, ni el de nadie… Pero
la percepción de la Presencia de Dios te capacitará para enfrentar
esas tormentas,
estando confiado en que la vida no te va a “arrojar”
nada
que no puedas manejar con la fuerza de Dios.
(3) Compasión
Cuanto
más tiempo pases con Cristo, más te parecerás a Él. Mira lo que
le ocurrió a Juan. Como discípulo joven, quiso destruir un pueblo
porque algunos de sus habitantes no querían que Jesús estuviera
allí
(ver Lucas 9:54).
Pero
después de toda una vida en la Presencia de Dios, escribió:
“El
que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor” (1 Juan
4:8).

No hay comentarios:
Publicar un comentario