SI HUBIERAN DECIDIDO BIEN
En
Génesis 3, Adán y Eva toman 3 decisiones equivocadas: Comen
del árbol en abierta desobediencia a Dios, se esconden de la
presencia de Dios porque tienen miedo y se acusan
mutuamente culpándose uno al otro.
Nuestras
malas decisiones siempre nos traerán consecuencias negativas, que
podrán ser más o menos graves, pero que siempre nos afectarán de
alguna manera.
¿Cuáles
fueron las consecuencias desastrosas que ellos vivieron a causa de
sus decisiones equivocadas? Las
malas decisiones de Adán y Eva trajeron consecuencias intensas y
desastrosas no solo a la creación, sino también a sus propias
vidas, a su familia, y al resto de la humanidad… hasta hoy. ¿Sabes
que juntamente con el pecado surgieron todas las enfermedades
mentales y emocionales que padecen las personas?
Sentimientos
de culpas, amarguras, sentimientos de inferioridad, reproches,
neurosis, miedos, sentimientos de desprotección y abandono,
depresiones, etc.
Ante
la culpa que les generó el pecado, Adán y Eva comenzaron a mostrar
conductas que nunca antes habían tenido:
- Recurren a sus propias ideas para solucionar el problema y tratar de calmar sus sentimientos de culpa (3:7).
- No se sienten pertenecientes a Dios y huyen (3:8).
- Sienten miedo (3:10).
- Tienen sentimientos de inseguridad y desprotección (3:10).
- Se acusan uno al otro y mienten (3:12 y 13).
Piensa
por un momento en las decisiones que últimamente tomaste con
respecto a TODO (familia, amigos, estudio, trabajo, comunión
con Dios, compromisos con la iglesia, sexo, salidas, etc.)
¿De
qué manera te han afectado?
¿Qué
consecuencias agradables o desagradables viviste a causa de esas
decisiones?
¿Qué
decisiones tomarías de ahora en más con respecto a todo para no
repetir los mismos errores (o pecados)?
¿Estás
totalmente seguro que las decisiones que tomaras tienen la aprobación
de Dios?
Piénsalo.
Satanás
siempre intentará tentarte y seducirte con el pecado. Por todos los
medios a su alcance usará amigos, circunstancias familiares o tus
propias emociones para hacerte caer ¡pero las decisiones finales las
tomas tú!
Él
no puede arrastrarte a la fuerza. Eres tú el que decides qué hacer,
a dónde ir, con quiénes estar y para qué. Son tus decisiones las
que traerán consecuencias buenas o malas. Decisiones que siempre le
van a afectar a otros y no solo a ti. No siempre una decisión
correcta y en la voluntad de Dios te hará sentir bien en el momento,
pero a largo plazo te beneficiarás porque Él siempre bendice y
prospera las decisiones que le honran.
¿Te
acuerdas de aquellas decisiones que tomaste que no te hicieron sentir
bien en el momento pero que ahora te bendicen?
Decide
con inteligencia. Eres capaz de hacerlo.
Extracto
del libro: “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Génesis”.
Por Edgardo
Tosoni

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