MI DIOS ES SORPRENDENTE
Durante
el ensayo de la obra de navidad, un hermano muy preocupado me
proponía traer a un amigo profesional en la materia para que nos
ayudara. Le puse la mano en el hombro y le dije: "Mi hermano,
tranquilo, recuerda que Dios no escoge a los capacitados, Él
capacita a los escogidos, donde Dios está, todo sale bien."
Y
es que estoy convencida de muchas cosas:
- Estoy convencida de que mi Dios creó todo este Universo que hoy es nuestro hogar y que disfrutamos, aunque muchos lo destruyan insensiblemente.
- Usó un hombre simple y tartamudo para liberar un pueblo de la esclavitud, no hizo falta un ejército para ello.
- Mi Dios abrió en dos el mar para que su pueblo no fuera masacrado como parecía evidente.
- Envió alimento del cielo para una multitud hambrienta, se convirtió en nube para evitar que el sol quemara y en fuego para guiar y calentar en las noches. Sacó agua de las rocas para que calmaran la sed.
- Increíblemente permitió que un hombre fuera encerrado con leones y saliera ileso. Otros fueron pasados por el fuego sin recibir quemaduras.
- Hizo retroceder el tiempo conforme a su voluntad.
- Encarnó
en un ser humano, caminó sobre las aguas, multiplicó una
miserable comida y la convirtió en un banquete, sanó enfermos sin
medicinas. Resucitó muertos contra toda ley de la naturaleza. Dio
su vida en sacrificio y rescate por muchos y la volvió a tomar.
Pero
si de algo estoy totalmente convencida es de que Él está en este
mismo instante a mi lado, pero voy más allá, tengo total
convicción de que vive en mí, que todo lo que soy lo soy por Él y
que nunca hubiese existido si su mano no me hubiese formado en el
vientre de mi madre.
Todo
lo que tengo se lo debo, desde mi respiración, mis latidos, mis
pensamientos, mi familia, mi trabajo, nada existiría sin Él, pues
mi vida es para Él y de Él.
Él
sabe todo lo que necesito antes de que yo lo sepa y sé que no me
alcanzaría la vida para narrar sus maravillas. Yo estoy segura que
es la fuerza que me mueve. Él perdona todos mis pecados, por Él
soy salva y tengo garantizada la vida eterna.
¿Puede
existir algo más sorprendente que mi Dios?
Lectura
sugerida: Salmo 78
Autor:
Milagros García Klibansky
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