EL PADRE NUESTRO – PARTE 5
Publicado
por Devocionales en September 20th, 2013

“Y
PERDÓNANOS NUESTRAS DEUDAS, COMO TAMBIÉN NOSOTROS PERDÓNAMOS A
NUESTROS DEUDORES” Mateo 6:12
¿Te
debe alguien una disculpa, una explicación, un agradecimiento, o una
segunda oportunidad? ¿Qué vas a hacer al respecto? ¿Aferrarte al
resentimiento? ¿Hablar con otros de ello? ¿Arreglar cuentas?
Imagínate
este cuadro: Un gran oso pardo solitario alimentándose con comida
desechada. Ninguna otra criatura se atreve acercarse. Pero después
de unos breves instantes, una mofeta se acerca y se pone a su lado,
sin que el oso pardo reaccione. ¿Por
qué? ¡Porque sabe las consecuencias de molestar a semejante
animal! Sería sabio por tu parte aprender la misma lección.
¿Te
diste cuenta alguna vez que en las películas del oeste los
cazarrecompensas viajan solos? ¿Quién quiere estar con un tipo
que ajusta cuentas para ganarse la vida, o arriesgarse de caerle
mal y recibir un balazo de rebote?
No, el saldar deudas es una ocupación solitaria.
Describimos
como “un
aguijóna”
a los que nos molestan. ¿Que para quién es? Para ellos no.
¡Nosotros somos los que sufrimos!
Si estás por saldar cuentas, nunca descansarás. ¿Cómo
podrías?
Puede ser que tus enemigos jamás te paguen. Por mucho que pienses
que te mereces una disculpa, puede ser que ellos no estén de
acuerdo. Quizás nunca recibirás ni
“un céntimo”
de justicia, y si lo recibes, ¿será
suficiente? ¿Cuál es la respuesta? “Perdónanos
nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros
deudores” (Mateo 6: 12).
¿Te
gustaría tener un poco de paz?
Entonces, deja de molestar a los demás. ¿Quieres
disfrutar de la generosidad de Dios? Pues, deja a otros disfrutar de
la tuya. ¿Te gustaría tener la seguridad de que Dios te perdona?
Si es así, ya sabes lo que tienes que hacer, ¿verdad?
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