“EL PADRE NUESTRO” – PARTE 2
Publicado
por Devocionales en septiembre 17th, 2013
“…SANTIFICADO
SEA TU NOMBRE” MATEO 6:9B
Ayer
vimos a Dios como un niño ve a su papá. Pero con las
palabras ”…santificado
sea tu Nombre” Mateo 6:9b
somos conducidos a la sala del trono donde nos maravillamos y
quedamos en silencio ante su poder y majestad. En algún momento
durante tu caminar con Dios, Él te va a enseñar
la
intimidad – ¡y la reverencia!
Eso
mismo le pasó a Moisés: “…quita
el calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás,
tierra santa es” Éxodo 3:5.
La palabra para tales momentos es ‘reverencia’.
La frase es “Santificado
sea tu nombre”.
Leyendo más adelante descubrimos que no se gasta tiempo
para convencer a Moisés en lo que él puede hacer, pero sí se
da mucho tiempo en lo que Dios puede hacer. Nosotros habríamos
hecho lo contrario. Le habríamos explicado a Moisés por qué
era la persona idónea para volver a Egipto. Después de todo,
¿quién
mejor que él entendía la cultura del palacio?
Luego le hubiéramos recordado que era la persona indicada
para viajar por el desierto. ¿Quién
lo conoce mejor que un pastor?
Finalmente
habríamos pasado tiempo revisando su curriculum vitae y sus puntos
fuertes. Pero con Dios las cosas no son así. La fuerza de
Moisés nunca es tenida en cuenta. Para reclutarlo no se
pronunció ni una sola palabra, pero para revelar a Dios se
usaban muchas.
¿Que
por qué? ¡Porque el asunto no es la fortaleza de Moisés sino
la de Dios! Repitamos
la última frase, y llena el espacio. Sustituye el nombre de Moisés
con tu nombre. ¡Hoy,
el asunto no es la fortaleza de ……….sino la de Dios! Las
palabras:
“…santificado
sea tu nombre” Mateo 6:9b, quitan
la atención de ti y la ponen donde debe estar siempre: ¡en Él!
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