LA
MARCA DE DIOS
Escrito
por Pastor
Otoniel Font,
el
martes, 18 de junio del 2013.
Muchos
conocen la historia de José, quien fue un niño soñador y muy
querido por su padre Jacob. Esto crea envidia entre sus hermanos
mayores y lo venden a los ismaelitas, quienes lo llevan a Egipto.
Allí lo hacen esclavo de la casa de Potifar y se convierte en jefe
de los esclavos. Luego, la esposa de Potifar lo acusa falsamente,
este no le cree a la esposa pero, por reputación del propio Potifar,
lo envía a la cárcel. En la cárcel, lo hacen jefe entre los
presos. Estando preso, llegan dos personas importantes a los cuales
les interpreta sus sueños. Luego, pasan los años y Faraón tiene
sueños; mandan a llamar a José para que le interprete. José,
dirigido por Dios, le interpreta los sueños a Faraón, quien lo pone
como jefe de todas las cosas.
Dios
le da a José un plan para la abundancia en Egipto y, cuando llega el
tiempo de escasez, Egipto se hace más rico a causa de ese plan. Los
hermanos de José, a causa del hambre, llegan a Egipto en busca de
comida y no reconocieron que estaban frente a su hermano José. No
esperaban que aquel chico que habían vendido como esclavo
estuviera en una posición de alto nivel en Egipto.
Los
que te rodean no esperan que tu vida vaya a llegar a algo grande.
Pero algún día Dios los va a sorprender y tendrán que reconocer el
poder de Dios en tu vida. No te preocupes por lo que hablen, porque
del polvo nos levanta Dios.
Dice
la biblia que José no podía contenerse; manda a sacar a todos y se
da a conocer. Dicen los estudiosos que José se desnuda delante de
ellos para mostrarle que llevaba marcas de esclavo, marcas de preso,
marcas de haber estado en un desierto azotado, pero sobretodo la
marca de la circuncisión. Esta marca de la circuncisión les
confirmaba quién él es.
La
marca de la circuncisión era la marca que le hacía diferente al
resto de los egipcios porque los egipcios no lo hacían. Era la marca
del pacto que lo hacía diferente y especial.
Hoy
en día no es necesaria esta marca física, pero sí la marca del
corazón y del espíritu. Todos, de una manera u otra, buscamos
vernos diferentes a los demás. Por ejemplo, los jóvenes se cambian
el color del pelo, se ponen aretes en diferentes partes del cuerpo
para diferenciarse de los demás. Aún los adultos con mejor casa,
mejor auto o una mejor posición para ser diferentes.
A
nosotros los cristianos, lo que nos hace diferentes se encuentra en
lo privado, en lo secreto. La marca de la circuncisión no era algo
que todo el mundo podía ver, era algo privado. Lo que te hace
diferente se encuentra en tus convicciones profundas, en tu corazón,
en el lugar íntimo, en ese espacio que nadie te ve. Tú sabes que
eres diferente para el mundo.
No
eres igual al resto del mundo. Aunque vives en Egipto, eres diferente
a ellos. Dios te separó con un propósito, con un destino y tienes
que vivir basado en eso que Dios va hacer contigo.
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