CREE QUE DIOS TE DARÁ COSAS BUENAS

“…LE
HAS PROMETIDO ESTAS COSAS BUENAS A TU SIERVO” (2 Samuel 7.28 NTV)
Nos
esforzamos a diario en andar
“…por fe… no por vista” (2 Corintios 5:7),
si bien no nos resulta algo automático. Se necesita tener una mente
saturada en las Escrituras para elegir el camino de la fe en medio de
situaciones que parecen imposibles. ¿Cómo se desarrolla esa clase
de fe? Para que prospere una relación, las dos partes tienen que
invertir tiempo y energía en conocerse. Las relaciones duraderas
están basadas en la confianza y el conocimiento profundo de los
hábitos y del carácter de la otra persona. Lo mismo sucede con
Dios. Conforme compruebas su fidelidad durante un tiempo, luego llega
a ser más fácil deshacerse de los temores y sustituirlos por
confianza.
Alguien
escribió: “Para
conocer bien a Dios, es necesario caminar con Él, pasar tiempo en Su
Palabra, descubrir Su carácter intachable y los innumerables
ejemplos de Su constante amor, ilustrado en Sus promesas inmutables.
Para eso hay que orar, hablar y compartir con Él todos los
pormenores de la vida y los anhelos de tu corazón; Él ya lo sabe
todo, pero disfruta de la intimidad de la conversación. Y como en
toda relación equilibrada, no podemos ser siempre los que hablemos;
tenemos que pasar tiempo escuchando, acercarnos a Dios en silencio,
silenciando el ruido de nuestros pensamientos y la adrenalina de
nuestras emociones”.
Recuerda,
el único espacio que tiene el temor es el hueco vacío que tendría
que estar ocupado por la fe. La fe se basa en lo que ves y oyes; y en
saber que se puede confiar en la Palabra de Dios y en que Él ha
prometido “cosas buenas” para los que creen que se
las puede dar.
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