NO
OLVIDES QUE FUE DIOS
Por
Pastor Otoniel Font
Cuando
viniste a los caminos del Señor, te conectaste a la casa de Dios, al
cuerpo de Dios, y tu vida, tus pensamientos, comenzaron a cambiar.
Con el tiempo, nos olvidamos de la verdadera fuente. Nos
olvidamos que los resultados que hemos recibido provienen de la fe
que hemos ejercitado. Entonces, cometemos el error de depender
de nuestras propias fuerzas, creando un monstruo en nuestro interior
que tenemos que mantener solos.
Todo
lo que tenemos se lo debemos a Dios. Si te desconectas de la
verdadera fuente, entonces lo que has recibido lo tienes que sostener
sólo. Al mantenerlo sólo, entonces te sientes agotado,
cansado, cargado, porque no has sido humilde para reconocer que, si
no fuera por la gracia de Dios, no estuvieras en este lugar, no
tuvieras lo que tienes, no estuvieras en pie.
Nos
hemos dado cuenta, a través de todas las crisis que han llegado, que
todo aquello en lo cual el hombre había confiado no es suficiente
para mantenerse en pie. Ni los estudios, ni el dinero; solamente la
fe. Hay que entender que lo único que nos mantiene en pie es seguir
teniendo fe en aquel que nos ha llamado.
El
problema es la autosuficiencia, la dejadez. Antes orabas, leías la
biblia, te conectabas con el Señor y buscabas Su presencia, pero lo
has olvidado. Aun muchos vienen a la casa de Dios y tienen relación
con la institución, con el pastor, pero olvidan la verdadera
conexión. Cuando escuchan la palabra de Dios, ya no reaccionan
igual, por esto, menos milagros ven en sus vidas y pierden hasta la
felicidad. Han perdido la esencia de que es la fe la que nos sostiene
y que debemos estar conectados con Aquel que nos dio la vida. Nos
convertimos en cristianos mecánicos y nos vamos desconectando poco a
poco. Nos olvidamos del lugar de nuestro primer encuentro con él.
Hay
dos grandes errores que demuestran un corazón orgulloso. En 1 Samuel
15, Dios le da instrucciones al rey Saúl, pero no obedece. El
profeta Samuel lo confronta y le
dice: Déjame declararte lo que Jehová me ha dicho esta noche. Y él
le respondió: Di.
Esto es una
contestación sin reacción, de menosprecio.
Este
es el primer error de muchos, que después de tantas veces Dios
hablarles, cuando vienen a la casa de Dios, escuchan el mensaje y no
reaccionan a él. Cuídate de no temblar ante la palabra de Dios.
Continúa
el profeta diciendo: Aunque eras
pequeño en tus propios ojos, ¿no has sido hecho jefe de las tribus
de Israel, y Jehová te ha ungido por rey sobre Israel?
Segundo error: Olvidar que fue Dios el que nos escogió y nos
posicionó por encima de lo que pensábamos de nosotros mismos.
En
nuestras vidas, un día, al escuchar la palabra de Dios, se abrieron
los ojos de nuestro entendimiento. Fue la palabra de Dios la
que te hizo ver que debías vivir de la manera en que estabas
viviendo. Tus ojos comenzaron abrirse y realizaste que podías
vivir por encima de la depresión, del divorcio, de la tristeza y que
todavía había visiones, sueños, por cumplirse. Realizaste que aún
Dios tiene planes contigo para hacer cosas más grandes en tu vida.
El
problema es que, cuando Dios nos abre los ojos del
entendimiento, luego pensamos que toda la vida estuvimos así,
olvidando que fue Él quien nos abrió los ojos a
posibilidades. Nunca debes olvidar que, cuando muchos te dijeron
que no ibas a poder, que no tenías posibilidades, aun cuando
tú mismo no creías que lo podías hacer, y estabas huyendo por las
dificultades, por los problemas, fue Dios quien te escogió y te ha
puesto en una gran posición siendo su hijo.
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